Estar a la altura de lo que se hace presente en la
clínica: desde su origen el psicoanálisis ha tenido en esta exigencia una fuerza de
trabajo que impulsó su elucidación. Lo que nos interesa y debe ocuparnos es qué cambia
en las formas de la clínica hecho ligado profundamente a las variaciones en la
sociedad y la cultura - y qué cambia en su abordaje.
Así como la moral sexual cultural de principios del siglo XX ligada a la represión
de la sexualidad- producía un tipo específico de nerviosidad, la que tiene lugar en la
actualidad con su imperativo ligado a un placer sin límites- produce otro tipo de
nerviosidad. Ambas coexisten: órdenes morales y nerviosidades. Lo crucial es cómo se
posiciona el psicoanálisis frente a esto, de lo cual va a depender el modo de
dirigir la cura.
Hay quienes hoy proponen un psicoanálisis aliado con una época que definen como
"maravillosa". Entendemos que este es un modo de apartarse del modo freudiano de
trabajar el lazo psique-sociedad-clínica. En este punto es fundamental atender a la forma
o formas que el Otro adquiere en esta época. Otro que es quien dicta las significaciones
que hacen al ordenamiento socio-cultural, que inciden en formas de la subjetividad, del
placer y del padecimiento. Esto es claramente apreciable en modos de la familia, del
emparejamiento, de lo femenino y lo masculino, y de la visibilidad cada vez mayor de
alteraciones en los géneros y la sexualidad. Lo que por lo tanto demanda una urgente
revisión de conceptos centrales para el psicoanálisis: el Complejo de Edipo, lo paterno,
el Complejo de castración, la feminidad y la masculinidad, otras formas de la sexualidad,
etc. Por otra parte se observa que la depresión, el pasaje al acto, las adicciones, la
afánisis, la anorexia, las patologías psicosomáticas, etc., coexisten con el orden
clínico expuesto desde los orígenes del psicoanálisis. Trastornos de la clínica que
remiten a una falla en la figurabilidad psíquica.
El Otro de estos tiempos se caracteriza por un imperativo de disfrute ilimitado, en un
orden sociocultural en el cual el consumo es una significación central, coexistiendo con
la función cada vez más predominante de los medios masivos de comunicación, la
tecnología, la aceleración de la temporalidad, conformando un magma denso (la
sociedad 2.0) que incide en la psique de los sujetos inadvertidamente, de un modo
nunca antes experimentado: hablamos de un nuevo modo del poder, en el que coexisten el
control y lo disciplinario (Foucault).
Psicoanálisis 2.0 puede ser tanto un psicoanálisis adaptado pasivamente
a la cultura 2.0 y por lo tanto haciendo que los sujetos que nos consultan se adapten a
ella, o puede ser un psicoanálisis que retome la mirada crítica freudiana sobre la
sociedad y la cultura, lo cual tiene profundas incidencias en la clínica y en la teoría.
Una mirada crítica que no debe ser ni nostálgica ni idealizadora de lo que hoy se hace
presente.
De eso intentaremos ocuparnos este año, recorriendo
de cerca las problemáticas que hoy nos plantea la clínica y trabajando sobre las mismas.
El formato será el que hemos ido produciendo desde 2007: exposiciones del docente,
lectura y discusión de textos, trabajo sobre la vida cotidiana y sus consecuencias para
la clínica, trabajo sobre material clínico. También sobre películas, obras de teatro y
literarias tanto como plásticas, partiendo de la idea de que el arte es una ventana
abierta (Castoriadis) tanto sobre la sociedad como sobre la subjetividad y por ende, nos
ofrece elementos para pensar la clínica.
Algunos autores que nos acompañarán: Z. Bauman, S. Bleichmar, C. Castoriadis, G. Deleuze
y F. Guattarí, S. Freud, L. Glocer Fiorini, A. Green, S. Hawking, L. Hornstein, J.
Kristeva, J. Lacan, J. Laplanche, J. McDougall, I. Meler, J.A. Miller, B. Preciado, P.
Virilio ...
Textos que pueden consultarse:
De Elisabeth Von R. a Lisbeth Salander: todos somos
borderline
La moral sexual psicoanalítica y la nerviosidad
institucional
El Gran Accidente: la destrucción del afecto
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