¿Cómo
presentar a alguien como C.Castoriadis?. ¿Cómo hacer para hablar de él como filósofo,
militante político, psicoanalista, economista ... ?. ¿Es posible escindirlo en cada uno
de esos campos?. ¿Es posible hablar de su obra sin hacer mención al Castoriadis sujeto,
sujeto de una historia, sujeto comprometido con su tiempo, con los debates y saberes de su
época?.
Su discurso se deriva con naturalidad de lo
político a lo psicoanalítico, luego a lo filosófico, al arte ... y cada uno de dichos
campos es transitado de un modo absolutamente riguroso y creativo, provocador, dejando sin
aliento a su auditorio y lectores. Intentaremos dar cuenta en esta sección de su
recorrido intelectual y vital.
Primeramente tomaremos como eje ciertas
circunstancias vitales de Castoriadis, desarrollando en otros sitios comentarios sobre su
obra filosófica, política y
psicoanalítica.
Un hombre llamado
Cornelius
La entonces llamada Constantinopla es el
lugar donde nació Cornelius Castoriadis en 1922, lugar que un breve tiempo más tarde se
llamaría Estambul. En momentos en los cuales se construía el moderno estado Turco, el
padre de Castoriadis, de origen griego, decidió la mudanza de la familia a Atenas. La
dictadura de Metaxas, la Segunda Guerra, la ocupación Nazi, la liberación griega y el
intento comunista de golpe de estado de diciembre de 1944, fueron las circunstancias junto
a las cuales creció Castoriadis. Se había unido a la Juventud Comunista Griega a los 15
años, pero rápidamente se opuso a ésta al incorporarse al trostkismo, lo que lo llevó
en 1945 a ser sentenciado a muerte tanto por los fascistas como por los comunistas. Se
refugió en París, y fundaría en poco tiempo el grupo-revista Socialismo o Barbarie,
junto con Claude Lefort, del cual participarían Edgard Morin, Jean Francois Lyotard y
otros más, entre 1945 y 1965, año en el cual se autodisolvió. Dicho grupo es
actualmente considerado como inspirador del Mayo del 68, como por ejemplo lo ha
testificado el líder de esos días, Daniel Cohn-Bendit, conjuntamente con quien en 1980
Castoriadis participó en una conferencia sobre ecología. La crítica del régimen
soviético y el llamado a la constitución de organizaciones autónomas obreras, el
carácter muchas veces premonitorio de sus análisis, más su rechazo a adherir a
toda moda intelectual (estructuralista, existencial, o del llamado marxismo de la Escuela
de Frankfurt, etc.) hicieron que ganara un respeto considerable en el público y entre sus
colegas. Se convertirá en psicoanalista a partir de los años 70, luego de analizarse y
formarse como tal, y realizará de ese modo una conjunción impensada hasta ese momento
entre un pensamiento social-histórico-político y filosófico, y el psicoanálisis. Hasta
mediados de la década del 70, se verá obligado a escribir bajo seudónimos (como Pierre
Chalieu y Paul Cardan, por ejemplo), ya que no había conseguido la ciudadanía francesa y
corría el riesgo de ser deportado. Su escrito fundamental, La institución imaginaria de
la sociedad - de mediados de los 70 - será publicado con su propio nombre. Ya era un
psicoanalista practicante y había contraído matrimonio con Piera Aulagnier, con quien
coincidió en la crítica al movimiento psicoanalítico lacaniano, del cual ella había
sido temprana partícipe. Participó del llamado a la ruptura - que finalmente se produjo
- de la institución de Lacan, creándose el Cuarto Grupo. Como psicoanalista realizó una
redefinición de los fines del psicoanálisis, y se apoyó en el mismo para producir sus
desarrollos relativos a la imaginación radical, y a la indisociabilidad de la psique
y la sociedad, y postuló la estratificación de la psique como modo de su
constitución, dándole en esta un lugar primordial a la mónada psíquica, cuestión que articulará con su
pensamiento filosófico y social.
Enemigo de toda burocratización y
conformación de instituciones que produzcan heteronomía (alienación) en vez de
autonomía, así como fue un implacable crítico del stalinismo, lo fue de todo
dogmatismo, de toda impostura totalitaria. Por lo tanto lo fue con el lacanismo, con el
estructuralismo en general, luego con el posmodernismo, y criticó ferozmente - y de modo
demoledor y sarcástico- toda idea de "muerte del sujeto", "fin de la
historia", etc..
Se retiró en 1970 de su puesto como
Director de Estadísticas, Cuentas Nacionales, y Estudios de Crecimiento de la OECD - lo
que le permitió adquirir un mayor conocimiento del funcionamiento del capitalismo.
Analista practicante desde 1974, también - ya en 1979 - fue electo Director Estudios en
la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París.
Su lúcida crítica del marxismo - en el
cual tempranamente verá una nueva forma de lo totalitario, peor que la proveniente del
capitalismo - lo llevará a recuperar a la tradición filosófica griega en sus
disquisiciones sobre la sociedad, pero proponiendo que ésta había sido superada por la
Revolución francesa, y que es necesario ir más lejos aún. El llamado permanente a la
democracia y a la autonomía de la sociedad y de los sujetos (una imposible
sin la otra), el papel primordial dado a la educación (entendida como Paideia), y el
postular que el psicoanálisis como una praxis que participa del proyecto de la autonomía
(opuesto al del capitalismo) ocupó sensiblemente sus escritos y disertaciones durante la
última etapa de su obra, y de su vida. En su seminario, los últimos años trabajó
profundamente la concepción de la psique en lo relativo a la imaginación radical, redefiniendo la interrelación entre
representaciones, deseos y afectos. Estos seminarios aún no han sido publicados.
Cornelius Castoriadis trabajó hasta
último momento, y rindió una titánica lucha contra la muerte - cuyo sentido pensaba que
está perdido en el capitalismo, y es una de las fuentes de su miseria - hasta el 26 de
diciembre de 1997, día en el cual falleció debido a las complicaciones derivadas de una
operación cardíaca.
Compositor y ejecutante de piano,
improvisador de jazz, tal vez esta sea una de las claves para entender su modo de fluir -
nota a nota, noción a noción, disciplina a disciplina, discusión a discusión - y de
ser coherente en su pensamiento y acción. |